lunes, 17 de diciembre de 2007

Nos envía comentarios Marcela Turati

La periodista Marcela Turati nos envía siguiente artículo que en días pasados publicó en Excelsior:

CULPAN A COMPAÑÍA CONTRATISTA DE TRAGEDIA Y A DIOS DE SALVARLOS
Por Marcela Turati

Ostuacán, Chis.-- Al pie del cerro que fue “atacado” por el agua, junto al cascajo en que se convirtió su comunidad, los habitantes de Juan Grijalva comparten dos ideas que ocupan sus mentes: que Pemex por poco los mata a todos y que Dios le salvó la vida a la mayoría.
Y aseguran que tienen fundamentos para alimentar esas sospechas.
“La única a la que se le puede echar la culpa del ablandamiento de la tierra es a la compañía Comesa (Compañía Mexicana de Exploraciones, SA de CV), que trabaja para Pemex, porque vienen a perforar, meten dinamita bajo la tierra, la truenan y cada 100 metros vuelven a hacer lo mismo, meten otra línea, dinamitan, y ahí van tronando buscando petróleo”, señala Miguel Juárez Bouchot, quien es uno de los fundadores de esta comunidad a la que parece que le pasaron por encima un rastrillo gigante.
Coinciden con él las ocho personas que lo rodean, algunas de ellas venidas de pueblitos cercanos como Playa Larga y Esperanza de los Pobres, quienes –aseguran-- han pasado por la misma experiencia de la dinamitada o, incluso, han sido indemnizados por esa empresa por los daños ocasionados en sus tierras.
“Comesa te indemniza según el kilometraje que afectan. Vienen a hacer un avalúo de cuánto están afectando de tu tierra y te dan una lanita, al que no pelea no le dan nada, al que más le dan llega a tener mil, tres mil pesos”, dice el secretario del comisariado ejidal de Juan Grijalva, Eliseo Hernández Sánchez.
“Perforan hasta 30 metros de profundo y de ahí le meten la carga y dinamitan, y con la tronada se sume la tierra, hasta el agua de los pozos se va más abajo y ya no la podemos sacar”, dice Benito Pérez, el tesorero saliente del vecino ejido Playa Larga. “Por ese cerro que se cayó ya pasaron varias veces”.

Todos los oyentes asienten. Coinciden en que habían sido dinamitadas las entrañas del cerro arbolado que se partió el domingo y cayó en la laguna y provocó el tsunami que machacó sus casas y les arrebató a sus familias.

El dato desconcierta de primera oída. Pero podría ser real: en las cimas de los cerros vecinos, desde los helicópteros se pueden ver cercas que rodean cabezas de válvulas color verde, que cada tanto se asoman, y a la mitad del camino aéreo entre Pichucalco y Villahermosa se encuentra un enorme tambo metálico, una tina para varias toneladas de líquido y un mechero prendido.
Comesa, como su página de Internet lo indica, es una empresa de participación estatal mayoritaria, coordinada por la Secretaría de Energía y las acciones que componen su capital social son propiedad de Pemex y del consorcio internacional Schlumberger.
No es el único perjuicio que una compañía les ha hecho (si es que Comesa ablandó el cerro).

Hace 25 años la Comisión Federal de Electricidad eligió sus tierras para construir una de las secciones de la presa Peñitas, y las inundó. Por eso los habitantes de Juan Grijalva y de las comunidades cercanas tuvieron que irse a vivir a las faldas del cerro, en terreno empinado y riesgoso.
“Antes este era un río normal y nosotros vivíamos de la plantación del cacao, cuando se inundó Peñitas acabó las vegas del río, la gente quedó encima de las lomitas, las tierras de primera que teniamos quedaron regadas y tuvimos que vivir aquí en tierras de tercera. Todo lo bueno se fue”, explica el pionero de la comunidad, quien viste una camisa desgastada de Pemex.
Sus oyentes sostienen bultos de las pocas pertenencias que rescataron. Algunos están sentados sobre troncos de árboles trozados, otros a punto de abordar una lancha.
En realidad son pocas las personas que están en esta playa que ahora es Juan Grijalva, la mayoría está en Pichucalco, acompañando a sus heridos o llorando por sus muertos.
Helicópteros van y vienen. Aterrizan en los pisos de cemento que antes formaban parte de una casa con paredes y techo. Del otro lado del cerro desgajado se ve una lancha con hombres vestidos de uniforme azul rey. Se acaban de ir los buzos, los geólogos y los técnicos enviados por la Secretaría de Gobernación para investigar qué ocasionó el desastre.

“DIOS TENÍA DESTINADO SALVARNOS”
Sobre la ladera del cerro arrasado por la ola gigante que saltó de la laguna camina Teodoro Sánchez Morales, quien es secretario de este ejido habitado por fieles de la iglesia adventista. Mientras camina entre escombros señala dónde estaba el comedor, dónde el dormitorio, pero el ejercicio de imaginación resulta muy forzado para quienes nunca antes habían pisado esta comunidad destrozada y sólo ven cuadernos enterrados, paredes machacadas, láminas echas bolita.

El hombre dice que Dios los salvó de la tragedia –una versión repetida por todos y explica por qué: “Esa noche se escuchó un zumbido y el ganado estaba inquieto, todos presintieron que se estaban robando el ganado en lanchas así que unos señores avisaron a todos que salieran por el ganado pero no había nada, era un aviso que les estaba mandando el destino, Dios, porque en eso se vinieron las explosiones fuertes y las olas sólo alcanzaron a revolcar a algunos, pero no a los que estaban fuera de sus casas”.
“Se sentía como si la tierra se abría, los golpes, la represa se venía encima, se venía acabando todo y dejó todo como una playa”, alterna el sobreviviente Victor Manuel Ramírez Bouchot.
El señor Teodoro muestra lo que rescató de la desgracia: dos ventiladores, un par de botas, un costal con juguetes de sus nietos, un garrafón de petróleo y una tasa de baño que, dice, “quedó buenísima”. Antes de embarcarse con sus pertenencias ve su montoncito de pertenencias y dice “esto quedó intacto, gracias a Dios”.

Nuestra gratitud a Marcela por la información que nos envía.

¡Seguimos adelante!

1 comentario:

Anónimo dijo...

mejores comentarios no hay.
seria bueno hacer la selección de este tipo de reacciones, expresiones, sentires de los afectados en Juan de Grijalva, son quines tienen la mejor opinion, de lo que ocurre en esa zona,
todo lo demas son tecnicismos, incomprensibles, incomprobables, manipulados, que solo conforman la razon de una tragedia. Pregunta ¿por que apenas ocurrió el deslave, se dividio y ampliaron la razon social de la cuentas bancarias para apoyo a danmificados de Tabasco y Chiapas, quiza para solventar los gastos que representaria el tapón? no son iguales los numeros de afectados en tabasco y chiapas. ¿Cuanto de los fondos se destina a Tabasco y cuanto a Chiapas?
gracias por tanta informacion
Atentamente Jorge Arturo bohe anonimus era