jueves, 27 de diciembre de 2007

El desfogue de Malpaso: Las consecuencias



Inundación rompe sueño de volver a casa en Chiapas


Hay al menos 13 comunidades bajo el agua, reportan


Óscar Gutiérrez
El Universal
Jueves 27 de diciembre de 2007

MALPASO, Chis.— El miedo y la incertidumbre atenazan a los pobladores de esta región del centro de Chiapas donde las aguas del río Grijalva rebasaron los niveles normales de la presa Malpaso e inundaron entre 80 y un centenar de viviendas de 13 comunidades y rancherías.

La presa desfoga actualmente 160 metros cúbicos de agua por segundo y se encuentra a 184 metros sobre el nivel medio del mar; es decir, 12 metros arriba de sus niveles normales, con lo cual afecta ya a 13 asentamientos de los municipios de Ostuacán y Tecpetán.

Se espera que la presa siga incrementando sus volúmenes durante las próximas semanas, por lo que los expertos no descartan nuevas inundaciones en los poblados cercanos.

La creciente rompió las esperanzas del retorno inmediato de unas 3 mil 500 personas que fueron evacuadas, y las propias autoridades de gobierno y expertos determinaron que su estancia en los refugios temporales se prolongará mientras la presa no disminuya sus niveles y se tengan condiciones de seguridad para que las familias puedan volver para rehacer su vida cotidiana.

Debido a este incremento en los niveles de la presa, el agua anegó tierras de cultivo, campos ganaderos, y los caminos y las carreteras están prácticamente intransitables. En algunas comunidades, la inundación cubre hasta los techos de las viviendas, templos evangélicos, escuelas y los postes de energía eléctrica.

Los torrentes cubren parcialmente el puente principal de la comunidad El Jobi, inundan una veintena de casas y cierran la carretera principal, que enlaza con Rómulo Calzada donde otras 20 casas de material y tablas son copadas.

Protección Civil, damnificados y vecinos reportaron inundaciones de 13 viviendas en Nuevo México; 12 en Nuevo Limoncito; seis en Adolfo López Mateos; seis en campamento Chintulito; dos en Adolfo Ruiz Cortines, además de Santos Degollado, La Palma, La Herradura, Paso Esperanza de los Pobres, Roberto Barrios y Genaro Vázquez.

Ante la situación de emergencia, unidades de la Policía Estatal Preventiva (PEP) resguardan y desvían el tráfico vehicular en los cruceros del poblado El Jobi, Embarcadero Herradura y el puente Chimoto, que conduce a Nuevo Limoncito, donde un enorme espejo de agua hizo salir a una docena de familias que se refugian en la parte alta en casas de parientes.

La carretera que entronca con el puente Chimoto se transformó de un día para otro en una hondonada líquida de tres metros de profundidad, donde las lanchas de motores fuera de borda y los cayucos sustituyeron a los automóviles para trasladar a la población a comunidades aledañas.

Despliegue de seguridad

Los operativos policiacos de resguardo y vigilancia se despliegan en casas y propiedades desalojadas, donde patrullas y uniformados recorren los domicilios y puntos de acceso de las 16 comunidades evacuadas, a mediados de noviembre.

Rómulo Calzada, El Estrecho, La Herradura y Nuevo Limón son pueblos fantasmales cuyo silencio es roto sólo por el ruido de los vehículos policiacos. El abandono y la desolación lo acompletan verdaderas jaurías de perros y aves de corral sueltas y dispersas en las calles y afuera de las viviendas en busca de alimento para sobrevivir.

Ante la incertidumbre, elementos del Ejército mexicano y la policía de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SPyPC) reforzaron sus operativos de seguridad y vigilancia en carreteras y comunidades de las márgenes del río.

La Secretaría de Marina y Protección Civil del estado prohibieron la navegación de lanchas y cayucos comunitarios a lo largo del río Grijalva, debido a la situación de riesgo.

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